Arte y Publicidad, dos ideas aparentemente ¿Independientes?
El arte y la publicidad han vivido y convivido por mucho tiempo. La publicidad se nutre del arte, ya sea por su finalidad estética, su inquietud por plasmar las realidades humanas, o la parodia a obras de arte ya existentes. Eso sí, todas ellas con fines comerciales.
En cambio, no solo el arte ha contribuido a la publicidad, sino que el artista también necesita del dispositivo publicitario. Miguel Ángel no se hubiese convertido en el artista que fue si no hubiese sido por el sistema de mecenazgo a través del cual se patrocinaba y financiaba su arte. ¡Vaya! Parece que volvemos a hablar de fines comerciales…
Pero introduzcamos otra idea, esta vez hablemos de Immanuel Kant. En un dogma en el que se replantea las ideas del mundo en el que vive, Kant no podía olvidarse del arte. Nos habla de “ars gratia artis”, que singifica “el arte por el arte”. Es decir, Kant nos habla del arte como un “placer desinteresado” con fin en sí mismo.
Podemos afirmar que la publicidad es un medio cuyos fines son comerciales. El arte, en cambio, debería tener un fin en sí mismo. Entonces... hay algo que no cuadra. Si seguimos la idea de “ars gratia artis”, la publicidad no podría ser un arte ni contener un componente denominado "artístico", ya que esta tendría que ser un fin y no un medio.
Poniéndonos académicos, el arte es: "Una manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros” (RAE).Parece que no se han mojado mucho. Pero… un momento.
Esto es perfectamente aplicable al concepto de pieza publicitaria, ¿no?
Un cartel publicitario hecho por un diseñador gráfico es una manifestación que plasma una visión de la realidad.